En mi afán por conocer la cultura colombiana y aprovechar al
máximo todo el tiempo que estoy aquí, llevo siempre conmigo una libretita en la
que apunto , además de los gastos sin tiket que debo pasarle a mi empresa, palabras
nuevas para aprender el idioma y planes que hacer.
La semana pasada, en una comida de culturetas de programas
de televisión de esas que yo sonrío mientras hablan de los formatos televisivos
gringos adoptados por latinoamerica que tanto daño están haciendo a la sociedad
(interesante pero pedante total) , me contaron que aquí los bogotanos son súper
devotos de una figurita que es “El divino niño”, me hablaron de unos documentales que había hecho una tele de aquí y de lo que suponía la adoración
a una figura de menos de 40 centímetros de altura, inmediatamente lo apunté en
mi libretita y lo subrayé como imprescindible.
Así que hoy domingo he convencido a mi amiga (100%
colombiana) para ir hasta la Iglesia del Divino Niño.
La Iglesia, está en el barrio del 20 de Julio, un barrio
humilde y obrero al sur de la ciudad, se tarda aproximadamente una hora y media
en llegar si no hay tráfico, y para que os hagáis una idea de lo grande que es
la ciudad, no consideran que el 20 de Julio sea del extrarradio, sino
simplemente barrio del sur.
En el 20 de Julio en
todos los semáforos te venden cosas, cebollas, calendarios, chocolatinas… Y en
las aceras hay vendedores ambulantes que te dan mango por 1.000 pesos (en el
centro te lo ofrecen por 2000). Los niños llevan camisetas de James del Madrid
y las mamás visten muy apretadas con tacones hasta cuando llevan calzado
“deportivo”.
Los domingos, miles de personas van al barrio para pedirle
al Divino Niño , y cuando digo miles, son riadas de personas que en familia van
hasta allí a rezarle.
En la Iglesia normalmente las madres leen las “novelas del
Divino Niño” (librito con oraciones) mientras toda la familia se abraza entre sí
a su alrededor, ella lee con un marido agarrándole de la cintura, un hijo
agarrado a una pierna y otro apoyado en su hombro mientras agarra la correa de
su perrito, es muy tierno. Todos callados, escuchan y cuando toca sueltan un
“roguemos al señor” que indica que realmente están concentrados en lo que lee
la mamá. (el perro pasa).
Otra gente llega a la Iglesia cruzando la plaza que tiene
enfrente de rodillas, esquivan los puestos de maíz para las palomas, los pobres
que piden y ofrecen estampas del divino niño , y a las familias de clase media
que toman algo esperando a que empiece la misa, también esquivan a las llamas que
pasean señores vestidos de “paisas” en las que te puedes subir por 5.000 pesos
y las parejas quinceañeras que esperan a entrar en el templo.
Lo bueno del Divino Niño es su historia, la resumo:
A principios de los años 30, llega un cura italiano con el
Niño de Praga como imagen a venerar, el tío tiene mucho éxito, tanto que una
congregación de monjitas autóctonas se adueña de la imagen y le dicen que no
puede ir por libre…que aquí lo que diga la Iglesia Colombiana…así que el señor
este (el Padre Juan de Rizzo) le encarga una figurita del niño Jesús ya que no
puede utilizar la del niño de Praga porque se lo han robado las monjas. El
escultor (pobre de un barrio muy humilde) encantado le hace un niño rechoncho
“cachetudo” y le pone una cruz detrás,
el Padre Juan Rizzo se pilla un rebote horrible y le dice que le quite la cruz,
que el niño no puede estar crucificado
ya que es un niño y los niños tienen toda la vida por delante, así que el
resultado es un niño gordo, rubito y alegre con los brazos para arriba como mirando
la que se le viene encima sobre una nube que pone “Yo reinaré”.
Cuando el Juan Rizzo saca a la calle la figura, es un boom,
se une una época complicada a nivel de seguridad, con un país religioso y muy
supersticioso, por lo que el Divino Niño se convierte en el “Santo” del pueblo.
No representa nada impuesto, es pequeñito y para más inri el Rizzo decide
colocarlo en un barrio obrero. Es por tanto, el niño del pueblo colombiano.
Al Divino Niño no se
le conocen milagros pero todos le piden. Durante los duros 80-90 donde el narco
asesinaba por todas partes, dicen que era muy frecuente que los matones fueran
antes y después de sus asesinatos para que el divino niño les protegiera de la
muerte (antes) y les perdonara (después del delito). Así que es fervor,
imaginaros…
Pero no solo le pide la clase obrera…mi amiga , que es
de estrato 4 , cuando su hermana estuvo muy malita de cáncer me ha
contado que hicieron novena, que es ir 9 domingos seguidos a pedirle.
Antes de entrar a la Iglesia, ha parado en un puesto y me ha
regalado mi propia estampita .
Me ha contado que debía rezar la oración, pedir lo que
quisiera y repetir 7 veces “Divino Niño Jesús Bendícenos”. Reconozco que me he
liado porque no podía concentrarme con todo lo que estaba viendo, pero solo
espero que se note por allí que os pedí energía positiva para el 2015.
El camino que une la estación de buses con la iglesia es un
mercadillo como puede ser el de los miércoles de El Escorial, el de los sábados
de las casas baratas de Ferrol o el de Granada de Nicaragua, pero a partir de
las dos últimas cuadras eso se convierte en un verdadero muestrario de
figuritas del Divino Niño, hay de todos los tamaños, y formatos, en llaveros,
en pulsera, en bolsos, en cuadros, de plástico, de porcelana, sin corona, con
corona… Alucinas, es un verdadero icono Pop. La gente lo lleva tatuado!!
Y si, con la poca personalidad que tengo y lo que me
encantan las modas, me he comprado mi propio divino niño y lo he puesto encima
de la nevera de mi hotel (si tuviera tele vieja lo hubiera puesto encima, pero
el plasma no me lo permite) y además he
comprado una estampita para la abuelita Locha y otra para mi abuela Pacucha
para que les cuide el Divino Niño.
¡He flipado!
Me voy a comer…otro día os cuento mis episodios culinarios
que tienen tela…
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